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cantes de trilla

un segador segando los trigos nuevos
el sudor se secaba con el pañuelo

arre mula, vámonos

bulerías dedicadas a los panaderos

los panaderos de mi Andalucía
trabajan de noche y duermen de día
el canto del gallo suelen escuchar
cuando por la noche van sacando el pan

panadero
que trabajas sin cesar
haciendo bollos y teleras
con un arte sin igual

malagueña

estando yo en mi agonía
en un cuartito y sin luz
entraste y me dio alegría
y recobré la salud
que por ti tenía perdida

minera

da la vida el minerico
cortando plomo del tajo
le dan poco jornalico
y cuando acaba el trabajo
poco pan lleva al trapico

cantiñas

yo no critico a nadie
que le domine un querer
porque a mí me ha dominado
y no me puedo valer

vente gitana, conmigo
y a tu madre le dices
que somos primos

contigo en la madrugada
a mí me gusta sentir el relente
porque te quiero besar
sin que nos mire la gente

yo pegué un tiro en el agua
cayó en la arena
confianza en el hombre
no hay quien la tenga

no vayas a despertarme
si canta el gallo mañana
porque quiero levantarme
al compás de las campanas

que mi barquita Dolores
me quita el sueño
yo la he cambiado por otra
cambió de dueño

dos amantes que se quieren
se encuentran en la bahía
Cádiz está enamoradita
del Puerto de Santa María

este cariño, chiquilla
que a ti te tiene trastorná
deja que la gente diga
que yo te quiero de verdad

guajiras

me gusta por la mañana
después del café bebido
pasearme por La Habana
con mi cigarro encendido

en Cuba nace el cubano
y en España el español
en Tampa y en Nueva York
nacen los americanos

el chino nace en Cantón
y el turco nace en Turquía
por eso es la España mía
reina de toda nación

una mulata en La Habana
a un carbonero compró
dos arrobas y le pagó
con una chanza pesada

y le dijo: camarada
vuelva usted todos los días
y el hombre que no sabía
la casa donde habitaba
de cuando en cuando gritaba
carbón, como el otro día

en lo alto de una loma
estaba Quintín Bandera
desafiando a la tropa
con un cañón de madera

yo le pregunté si era
un insurrecto mayor
y me dice: no señor
yo defiendo mi bandera

cuando me sienta cansado
y de la voz esté ronco
me sentaré sobre el tronco
de algún mamey colorado
contemplaré embelesado
la pradera y verde fina
cáscara de el mamoncillo
con la punta del cuchillo
grabaré el nombre de Rufina

guajirita de mi pensamiento
canta, canta despacito
que la guitarra tú has de rasguear
porque el cante quiere puntear

vidalita y milonga

señor, aquí está el cochero
que viene muy disgustado
dice que usted lo ha mandado
a echar una carta al correo
y le ha parecido feo
que le llamen chingalón
que le ajuste usted la cuenta
se lo pide por favor

Cuco, tú me estás matando
Cuco, tú no me hagas más de llorar
y a la mar que voy contigo
si tú me quieres llevar

triste estoy en tu ausencia
serrana de mis amores
no me quitan esta pena
ni el canto de los ruiseñores

cuando tú me enamoraste
con tu reir de niña triste
y a mí solo me juraste
quererme hasta la muerte
y de mi lado no apartarte

hoy he vuelto a tu plazuela
llena de rosas y lirios
y estaba cercada tu reja
de amores de otro mocito

y con mi guitarra bonita
y las notas de su bordón
me hizo cantarte, niña
esta cortita canción

el amor que tú me diste
el viento se lo llevó
y ahora voy por tu plazuela
comentando este dolor

ya no eres la niña triste
la que conocí aquel día
eres tú, tú eres mi muerte
ay, niña Rosa María

soleares

ni sombra que me cobije
ni piedra que yo no tropiece
y mi caminar es tan malo
siempre tropiezo con la misma piedra

no te metas con la nena
la nena tiene un cuchillo
pa quien se meta con ella

anda diciendo tu madre
que tú vales más que yo
ni tú ni toda toda tu familia
ni el dios que a ti te crió

dijo la nube a la lluvia
la lluvia dijo al arroyo
dile al río que no presuma
que depende de nosotros

tangos

no fui yo, fueron las copas
con cuatro copas de más
a mi madre le falté
juré no emborracharme más
más nunca he vuelto a beber

Pastora dile a Tomás
hermano, ese reniego
como tú nadie dirá

porque a mí me gusta el vino
me dicen el borrachón
todos los pájaros comen trigo
luego paga el gorrión