si tú no me has de querer
a qué tanto me consientes
mátame ya de una vez
porque yo te perdono la muerte
que ya no quiero padecer
a clavito y canela
me hueles tú a mí
la que no huele a clavito y canela
no sabe distinguir
era una madrugá
de Santiago y Santa Ana
a eso de la una
las fatiguitas grandes le vinieron
a mi madre que hubo
llevas una cruz al cuello
engarzá en oro y marfil
déjame que muera en ella
y crucificarme allí
viva Graná que es mi tierra
viva el puente del Genil
la Virgen de las Angustias
la Alhambra y el Albaicín
cómo reluce
la gran calle de Alcalá
cuando suben y bajan
los andaluces
vámonos, vámonos
al café de la Unión
en donde paran Curro Cúchares
el Tato y Juan León
eres bonita
el conocimiento la pasión no quita
te quiero yo
más que a la madre que me parió
porque vendes castañas asás
aguantando la nieve y el frío
con tus zapatos y tus medias calás
eres la reina para tu marido
regordonas
que se acaban
hermosas como recien casadas
y yo las vendo por un querer
caracoles
mocito, ¿qué ha dicho usted?
que son tus ojos dos soles
y vamos viviendo y olé
si preguntan por quién doblan
del convento las campanas
dile que doblando están
a mis muertas esperanzas
viva Madrid que es la corte
y viva Málaga la bella
y para puerto bonito
Barcelona y Cartagena
a mí me mandastes a decir
serrana, que te olvidara
cuando llegó el parte a mí
ya de ti no me acordaba
la Virgen de las Angustias
la que vive en la Carrera
esa señora lo sabe
si yo te quiero de veras
si vas a San Antolín
y a la derecha te inclinas
verás en el primer camarín
a la Pastora Divina
que es el vivo retrato a ti
a las dos de la noche
los campanilleros
con el ruido de las campanitas
me quitan el sueño
tú llevas una cruz al cuello
engarzá en oro y marfil
déjame que muera en ella
y crucificarme allí
la Virgen de las Angustias
la que vive en la Carrera
esa señora lo sabe
si yo te quiero de veras
a mí me mandastes a decir
serrana, que te olvidara
cuando llegó el parte a mí
ya de ti no me acordaba
rosa, si no te cogí
fue porque no me dio la gana
al pie de un rosal dormí
y rosas tuve por cama
de cabecera un jazmín
serrana, que yo no te quiero
eso nunca lo diré
porque si me dan fatigas
no se si te buscaré